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Seguridad alimentaria orientada al consumidor

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La seguridad alimentaria es un factor clave a la hora de que los consumidores tengan plena confianza en una marca o un producto, mucho más en una situación como la que vivimos en la actualidad. ¿Qué aspectos son los más relevantes para los consumidores a la hora de considerar un producto como seguro? ¿Está el consumidor actual informado y formado en cuestiones de seguridad alimentaria sobre lo que compra y/o consume? En este artículo desgranamos algunos de los factores clave para consumir los productos de toda la vida con la tranquilidad de siempre.

Empecemos por lo básico, ¿cómo se transmite la COVID-19? Actualmente, todos los informes disponibles coinciden en que existen dos formas principales; directamente, por contacto estrecho con las secreciones respiratorias que se generan con la tos o el estornudo de una persona enferma. Estas secreciones podrían infectar a otra persona si entrasen en contacto con su nariz, sus ojos o su boca. Parece poco probable la transmisión por el aire a distancias mayores de 2 metros; indirectamente, a través del contacto con superficies en las que una persona infectada ha tosido, estornudado o exhalado. Aunque respecto a este último punto no existen evidencias suficientes sobre la permanencia del virus en las distintas superficies de contacto. No obstante se recomienda la limpieza frecuente de las superficies expuestas al contacto continuo.

Sobre la base de los conocimientos científicos disponibles, no hay pruebas de que los animales de granja, o los alimentos derivados de ellos, desempeñen un papel en la propagación del virus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad.

Conociendo esto, ¿debemos temer una transmisión a través de los alimentos? Las autoridades señalan que, a pesar de la gran magnitud de la pandemia, hasta la fecha no se ha notificado transmisión alguna de COVID-19 a través del consumo de alimentos. Por tanto, como señala la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, no existen pruebas actualmente de que los alimentos planteen un riesgo para la salud pública en relación con el COVID-19.

Seguridad en el supermercado

Llegados a este punto, nos encontramos con la pregunta que nos hemos hecho todos/as en algún momento, ¿puedo contraer el virus a través de los envases alimentarios? Aunque, según los últimos estudios, se ha demostrado que el agente causal de COVID-19 persiste durante 24 horas sobre el cartón y varios días en superficies duras, como el acero y los plásticos, en entornos experimentales (por ejemplo, con la humedad relativa y la temperatura controladas), no hay pruebas de que envases contaminados que han estado expuestos a condiciones y temperaturas diferentes transmitan la infección. De todas formas, para evitar que al tocar un envase que pudiera estar contaminado, el virus pase al sistema respiratorio (por ejemplo, al tocarse con las manos la cara), debemos extremar las medidas de higiene, lavándose las manos regular y eficazmente. Además, antes de guardar los alimentos, y siempre que sea posible, se desechará el embalaje exterior (por ejemplo, el cartón exterior cuando haya un embalaje de plástico interior) siempre prestando atención a información clave como la fecha de caducidad o de consumo preferente.

Seguridad en la cocina

Desde que comenzó la pandemia nos han dicho que el virus no sobrevive a altas temperaturas, entonces, ¿si cocinamos bien los productos matamos al virus? Sí, el cocinado de los alimentos sería suficiente para matar los virus. Un tratamiento con calor que suponga al menos 30 minutos a 60ºC es efectivo en el caso del SARS-CoV-2. Aun así, existen productos que no cocinamos, por lo que siempre debemos tener en cuenta las siguientes medidas generales de higiene alimentaria:

  1. Separa los alimentos crudos de los cocinados.
  2. No tosas ni estornudes sobre los alimentos.
  3. Lava todas las frutas y verduras. Además, desinfecta las que se vayan a consumir crudas y sin pelar. Para ello deben sumergirse durante 5 minutos en agua potable con una cucharadita de postre de lejía (4,5 ml) por cada 3 litros de agua. Después se aclararán con abundante agua corriente. La lejía debe estar etiquetada como ‘apta para la desinfección de agua de bebida’. En cuanto a la manipulación de alimentos para mascotas, deben seguirse las mismas recomendaciones sobre la manipulación de cualquier otro envase.

En cuanto a la entrega a domicilio, los establecimientos y empresas de reparto están obligadas a seguir estrictas medidas tanto con el producto como con el empaquetado, por lo que debemos tener en cuenta los mismos factores arriba mencionados.

Esperamos que estas pautas os ayuden a vivir con más tranquilidad el proceso de compra y la experiencia de la cocina, ¡que aproveche!

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