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Carne cultivada en laboratorio. La nueva carne

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Parece un escándalo pensar que podremos llegar a comer carne cultivada en un laboratorio, pero lo cierto es que es una realidad que se acerca cada vez más a la sociedad actual.

Se estima que para el año 2050 la población mundial será de unos 9.700 millones de habitantes, lo que significa que habrá en el mundo entorno a 2.000 millones de personas más que ahora. Esto, ha hecho revolucionar la industria cárnica, la cual se ve incapaz de soportar la inmensa cantidad de carne que se tendría que consumir dentro de unos años.
Del mismo modo, el mundo de la lucha contra el maltrato animal ha dado la voz de alarma, puesto que, esto supondría la matanza de millones y millones de animales al cabo del año en todo el planeta.

A pesar de que parece una idea futurista, desde el año 1950 se comenzaron a hacer pruebas para comprobar la calidad de estos nuevos productos. Para ello realizaron, varias pruebas e investigaciones para sacar estas nuevas creaciones al mercado.

Estos estudios, recogían células madre de las vacas para generar toneladas de fibras musculares en laboratorio (simulando la carne picada, idónea para las elaboraciones de hamburguesas, nuggets, salchichas y comida procesada). Esto supondría un antes y un después en la elaboración de productos cárnicos.

Dicha carne se cultiva en un laboratorio durante tres meses para generar toneladas de carne libre de sufrimiento animal. Pero…¿y el sabor real de la carne, dónde queda?

¿Cuáles son los efectos de la extracción de las células madre?

Los científicos, aseguran que de cada célula madre se puede generar hasta “10.000 kilos de carne”, lo que supondría una reducción general de miles de toneladas de tierra, agua y alimento para abastecer a los animales.

Ventajas de la carne de laboratorio

Dejando a un lado el lado más ético sobre la matanza de los animales, hoy en día el gasto medioambiental es inmenso. De hecho, el 70% de las tierras de cultivo se dedican a ello gastando una buena parte de agua potable y produciendo el 14% de las emisiones de CO^2 de gases con efecto invernadero. Esto, supondría un antes y un después en la ganadería, y conllevaría a un problema a largo plazo para todas aquellas personas que se dedican ello.

Se podría decir que las ventajas de estos productos, son los siguientes:

  • Comer carne sin matar a un animal, bastaría con tener un animal para sacar las células madres.
  • Potenciar el sabor, gracias a la ciencia se podría sacar el mayor nivel de sabor para la carne.
  • Más saludable, aunque parezca mentira muchos de los animales son inyectados con productos químicos para acelerar su proceso de crecimiento.
  • Más ecológica, evitaríamos el gran consumo para alimentar a los animales.

Nuevos hábitos de consumo

Es indudable que los productos con origen España son de primerísima calidad, y más aún en la carne de nuestras vacas, cerdos… posiblemente sea una de las razones por las que España es el segundo país con mayor consumo cárnico de Europa, concretamente con una media de 275 gramos al día, siendo lo aconsejable el consumo de 300 gramos de carne semanales.

Por otro lado, hay que destacar el incremento del consumo de productos vegetales y naturales.  Y es que, según un estudio elaborado por Nielsen Product Insider, las ventas de productos “alternativos a la carne” crecieron un 30% en 2018 respecto al año anterior.

Es el motivo por el que surge la duda de estos productos, puesto que, si cada vez consumimos dietas con productos reales, es decir dietas “RealFood” con más productos naturales, de kilómetro 0 y comida menos procesada.

¿Cómo aceptará la sociedad española que este tipo de productos, creados en el laboratorio, formen parte de nuestra dieta? ¿Y tú, estás dispuesto/a a incluir este tipo de alimentos a tu dieta?

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